Si estuvieses a punto de morir hoy, ¿cuáles serían las 5 cosas de las que te arrepentirías?

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si hubieses hecho esto o aquello de una manera diferente?

Imagino que sí. A todos nos ha pasado al menos una vez.

Desgraciadamente, nadie nos ha dado un “manual de instrucciones” para afrontar las situaciones cotidianas, para enfrentar las dificultades, para cultivar las relaciones interpersonales o para tomar siempre las decisiones adecuadas.

Justo por esta razón, a veces nos arrepentimos pero a menudo es demasiado tarde, nos arrepentimos porque no hemos hecho algo que habríamos querido hacer.

Este es el tema principal del libro de Bronnie Ware: “The Top Five Regrets of the Dying: A Life Transformed”, que habla de las 5 cosas de las cuales más se arrepienten los enfermos en grado terminal.

¿Quién es Bronnie Ware?

Bronnie Ware es una enfermera australiana que asistía a los pacientes durante sus últimas semanas de vida. Estos pacientes estaban en fase terminal y los cuidaban en casa durante sus últimos días.

Bonnie les hacía una pregunta muy importante:

“¿Te arrepientes de algo?”

Todas las personas decían que se arrepentían de algo, de cosas que no hicieron o que habrían querido hacer en su vida.

Las 5 cosas más grandes de las cuales se arrepienten las personas

Es normal que mientras nos sentimos bien y creemos que lo tenemos todo, no nos detengamos a pensar en cuáles son las cosas verdaderamente importantes de la vida, eso lo pensamos cuando la soga aprieta, cuando atravesamos situaciones como las de los enfermos terminales.

Esto sucede, en parte, porque somos los primeros en creer que hemos hecho todo y que tenemos todo lo que necesitamos. También se debe a que vivimos en la época del “Compra y te sentirás mejor” o “Compra porque de lo contrario serás un marginado”.

Obviamente, estas cosas no te las dicen a través de una publicidad explícita pero ese es el significado que se esconde detrás de su mensaje.

Este discurso también es válido para comprender que en la actualidad vemos cómo la vida transcurre a 1000 km/h, sin detenernos ni un segundo a pensar en lo que deseamos de verdad.

Todo está vinculado al significado que Bonnie Ware ha querido transmitir con su libro y su blog inspirationandchai.com, en el cual ha recogido las respuestas que le han dado sus pacientes.

He aquí las 5 cosas más grandes de las cuales se arrepiente una persona:

1. Habría querido vivir según lo que yo quería y no según lo que los otros querían para mí

Copyright - Hmarum

Copyright – Hmarum

Este es el aspecto más importante del cual se arrepiente la mayoría de las personas.

De hecho, es un comportamiento muy habitual: no hacemos lo suficiente por nosotros mismos sino que nos volcamos en satisfacer a los demás.

¿Es justo? Hasta cierto punto.

Es necesario pensar que es mucho más importante seguir lo que uno desea que hacer algo solo para satisfacer a los padres o a los amigos porque tenemos solo una vida y somos nosotros quienes tenemos que vivirla hasta el final.

Por tanto, está bien que pidas consejos o que aceptes la ayuda de los padres o de un amigo pero recuerda que eres tú quien debe decidir lo que te satisface y hace feliz.

Hablaré sobre este tema en el Ebook sobre la energía masculina porque un gran problema del crecimiento personal es que todos se preguntan “¿Cómo alcanzar tus objetivos?” pero muy pocos se cuestionan “¿Estos son mis objetivos o son los de otra persona?”. Lo cierto es que la respuesta a esta pregunta podría asombrarte mucho más de lo que puedas imaginar.

2. Habría querido trabajar menos

Copyright - Lhuiz

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El trabajo es fundamental para vivir, es un mecanismo del cual no podemos escapar pero esto no significa que debamos trabajar durante toda la vida hasta que el trabajo nos arrebate nuestra última gota vital.

A veces no nos damos cuenta, quizás porque, como decía antes, estamos acostumbrados a vivir a 1000 km/h.

O quizás porque vivimos en una sociedad que (justamente) se basa en el trabajo, pero que nos impulsa a darle más importancia al lado práctico y económico que al aspecto humano.

Por tanto, pasamos toda la vida trabajando, trabajando y trabajando, cada vez más y aspirando a una posición cada vez más alta para satisfacer todos los objetivos que otros han predeterminado, sin considerar que hay otras cosas más importantes que esta.

¿Es justo? Hasta cierto punto.

Ser ambiciosos es positivo porque nos permite desarrollar capacidades que, de otra manera, quizás ni siquiera hubiésemos descubierto. Además, también nos posibilita obtener algunas de las cosas que deseamos.

Sin embargo, cuando vamos más allá de dos, tres o cuatro objetivos y la situación que alcanzamos nunca es suficiente porque queremos alcanzar la que se encuentra a continuación, entonces ya no estamos hablando de ambición sino de ceguera.

Nos convertimos en ciegos porque no vemos las cosas importantes de la vida, como pasar tiempo con los amigos o simplemente disfrutar de un paseo durante la primavera.

O pasar tiempo con la familia viendo cómo crecen los hijos y estando presente en los momentos más importantes.

Lo peor de todo es que no solo nos olvidamos de los demás sino también de nosotros mismos.

Debemos tener siempre en mente que, antes de ser un trabajador, somos una persona, y que a nuestro alrededor hay personas que necesitan la misma atención y relevancia que le damos al trabajo.

3. Habría querido tener el coraje de expresar mis sentimientos

Copyright - Trinidad Sky

Copyright – Trinidad Sky

Muchas veces, por falta de coraje, por miedo o simplemente para no tener problemas con los demás, suprimimos emociones que desearíamos expresar.

Estoy hablando de sentimientos como el amor o el afecto hacia una persona, emociones que nunca expresamos y que siempre nos guardamos dentro.

Hablo de esas veces en las cuales nos guardamos todo dentro poque nos falta la autoconfianza necesaria para dar ese salto hacia la seguridad, la seguridad que se necesita para poder decir y expresar lo que sentimos verdaderamente, tanto a los amigos como a los padres, a una mujer o a los colegas del trabajo.

O de esas veces en las cuales, con tal de no sacar los trapos sucios y no generar un “rumor”, enterramos todo dentro cuando en verdad lo que queremos es hacer notar algo que no nos agrada o que nos molesta de una persona.

¿Esto le hace bien a nuestro cuerpo y a nuestra mente? Para nada.

Mantener siempre todo dentro no hace que nuestros sentimientos desaparezcan, al contrario, los agigantan cada vez más. De hecho, algunas enfermedades están relacionadas con la amargura y el resentimiento que crecen dentro de una persona.

4. Habría querido cultivar más la relación con los amigos

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Copyright – Jillis

Cuando nos encontramos solos, en nuestros últimos días, es más normal que pensemos en las personas que han pasado por nuestro lado.

Por tanto, es normal que pensemos que quizás no nos esforzamos lo suficiente por mantener los contactos y las relaciones con los amigos en el curso de los años.

En cada fase de la vida es importantísimo tener amigos. No necesariamente para salir por la noche o montar fiestas porque eso es lo de menos, sino para ayudarse mutuamente cuando sea necesario.

Desgraciadamente, muchas veces nos dejamos vencer por el rencor, los problemas cotidianos o la cantidad de trabajo y no le prestamos atención a las personas que tenemos a nuestro alrededor ni cultivamos las relaciones.

Sin embargo, no olvides nunca a los amigos, telefonéales siempre e intenta mantener vivas esas relaciones porque son muy importantes.

5. Habría querido darme más posibilidades para ser verdaderamente feliz

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Copyright – Tychay

Esta frase se puede traducir como: ¿hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para ser verdaderamente felices? Probablemente la mayor parte de las veces la respuesta será: no.

Puede deberse a la pereza, a que no le prestamos la debida atención a las cosas más importantes de la vida o a que tendemos a acomodarnos en vez de esforzarnos un poco más. Lo cierto es que no nos damos la posibilidad de ser verdaderamente felices.

Es obvio que no debemos correr detrás de cada cosa que pensamos que nos pueda hacer felices porque, desgraciadamente, muchas veces confundimos la felicidad con comprar y acumular posesiones pensando que estas nos satisfarán y nos harán felices pero no es así.

Este tipo de felicidad es pasajera y no nos hace realmente felices.

Por tanto, en vez de acomodarnos o darnos por satisfechos con algunas situaciones, sería interesante que nos plantéasemos de vez en cuando estas preguntas y que las respondiésemos con sinceridad:

  • ¿Me siento realmente feliz?
  • ¿Me gusta lo que estoy haciendo?
  • ¿Me siento realmente bien con esta persona?
  • ¿De verdad que no tengo tiempo para seguir este sueño?

Se trata de preguntas muy sencillas pero sus respuestas podrían cambiar completamente la vida de una persona.
Debemos encontrar el coraje para planteárnoslas y responderlas.

En conclusión, no es necesario llegar al último suspiro para pensar en las cosas que no hemos hecho o en las que habríamos podido hacer.

Esta historia nos enseña a mirar dentro de nosotros con más frecuencia, a actuar más y a hacerlo antes de que tengamos que arrepentirnos porque después no habrá remedio.

Recordemos que cuando el reloj deje de correr nos encontraremos delante del único juez que es verdaderamente implacable: nosotros mismos.

Es cierto que un día todos nos encontraremos debajo de la tierra pero hasta que ese día llegue, podemos reír, jugar, bromear, amar, gritar que estamos vivos, porque esta es la mejor manera que tenemos para decirle a la muerte: “No, hoy no”.

Marco

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