Un ejercicio para mejorar tu capacidad instintiva de comprender a las mujeres

En el artículo anterior hablamos de las diferencias entre las necesidades primarias (relacionadas con la sobrevivencia y la reproducción) y las necesidades secundarias (personales) de una mujer.

Como dijimos, para atraer inicialmente la atención de una mujer es suficiente con satisfacer sus necesidades primarias gracias a la energía masculina, pero para conquistar por completo a una mujer también se deben saciar sus necesidades secundarias.

Como las necesidades primarias son muy claras (lee el artículo sobre el hombre de verdad) y similares para todas las mujeres, es necesario comprender cuáles son sus nacesidades secundarias que, al contrario, varían de una mujer a otra.

Pero… hacer una lista sería imposible puesto que sería prácticamente infinita.

Y entonces… ¿cómo se pueden comprender?

De una manera no racional.

De hecho, nosotros estamos programados para comprender lo que una mujer necesita, si no fuese así, ninguna relación de pareja sería posible.

Solo que no lo comprendemos racionalmente sino con el instinto. Por tanto, si quieres convertirte en un gran seductor debes mejorar esta capacidad, sobre todo porque a menudo las necesidades secundarias son tan sutiles que resulta difícil ponerlas en palabras.

Entonces, ¿qué hacer?

Existen, fundamentalmente, dos modos.

Primero, es necesario tener mucha experiencia.

En la seducción, como en cualquier otro campo, para mejorar es necesario practicar: uno no puede mejorar si solo ha intentado ligar con 5 o 6 mujeres en toda su vida.

Estas experiencias, entre otras cosas, agudizan tu capacidad para comprender las necesidades secundarias. Por tanto, el discurso es muy simple: mientras más practiques mejor serás.

También porque nosotros los hombres, por naturaleza, no somos muy buenos leyendo a los demás, algo que sí hacen muy bien las mujeres porque tienen un instinto social superior al nuestro.

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Por esta razón, regresamos siempre al mismo punto: práctica, práctica, práctica.

En segundo lugar, es necesario aprender a observar y conocer a las otras personas.

De hecho, a menudo estamos tan ocupados preocupándonos por nosotros mismos que no le prestamos la atención adecuada a los otros.

“¿Le gustaré?” “¿Qué debo hacer ahora?” “¿Por qué me ha dicho eso?”

Nuestros pensamientos incesantes crean una niebla que no nos permite ver lo que sucede a nuestro alrededor.

Como ejercicio, puedes hablar con una mujer y acallar esa vocecita interior que te habla. Aprende a escuchar no solo lo que dice sino cómo te lo dice y observa su lenguaje corporal.

No debe ser necesariamente una mujer con la cual quieras ligar, una amiga también vendrá bien porque en este caso se trata solo de un ejercicio. De hecho, es mejor apostar por una amiga que por una chica que te pueda preocupar y que alimente tu voz interna.

Mírala sin reflexionar demasiado, deja aparte lo que dicen los libros sobre el lenguaje corporal, son nociones útiles pero no te servirán para este ejercicio.

Aprende a confiar en tu instinto y a comprender a los otros. El instinto le ha permitido a la humanidad poblar el mundo y crear una sociedad civil, ¡¿algún poder tendrá?!

Naturalmente, hacerlo solo una vez no es suficiente, si quieres mejorar deberás practicar varias veces.

Y así descubrirás algo maravilloso: que acallar nuestra voz interna y focalizarse en otra persona es algo sumamente agradable.

Desde cierto punto de vista, es como regresar a la infancia, cuando nos poníamos a mirar con entusiasmo cualquier cosa colorida: una flor, un cubo, una maquinita de juguete…

Solo que ahora el niño ha crecido y en el lugar que antes ocupaba la máquina de juguete se encuentra una mujer guapa.

Marco
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