Conciencia interna, externa y bloqueo de la pregunta: 3 formas para dejar de pensar demasiado

¿Qué quiero decir con conciencia y bloqueo de la pregunta? ¿Cómo esto nos puede ser útil para manejar nuestro diálogo interno?

En los artículos anteriores vimos que el diálogo interno (la voz con la que piensas) se genera de las creencias.

Por ejemplo, si tienes la creencia “No sé ligar con las mujeres” y te asalta el deseo de conquistar a una, tu vocecita interior te recordará lo que piensas de ti mismo; es decir, que no sabes ligar. Por tanto, comenzará a decir frases negativas del tipo “Soy un pringado” “No sé ligar” “Sería inútil intentarlo”, etc.

Después de haber entendido que no podemos combatir directamente contra nuestro diálogo interno, pasemos a manejarlo, algo que puedes hacer incidiendo sobre la voz o actuando sobre la creencia que genera esta voz.

En este artículo veremos cómo incidir fundamentalmente en la voz interior y analizaremos de forma particular cómo:

1. No reforzarla

2. Actuar con mayor libertad respecto a esta

3. Romper el flujo incesante de pensamientos negativos

Porque pensar demasiado hace daño y ¡¡¡tener demasiados pensamientos negativos hace más daño aún!!!

¿Qué hacer en la práctica?

He aquí una serie de ideas, las dos primeras son un poco más espirituales y la tercera es más práctica:

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1. Conciencia interior: mira tus pensamientos

El primer paso probablemente ya lo has dado: tomar conciencia de la voz.

En el mismo momento en el cual la percibes como algo que está dentro de ti pero que no eres tú, te desligas de ella.

Cuando surgen esas voces, míralas como mirarías a otra entidad, míralas pero no les hagas la guerra, no las odies.

Porque si las combates podrían nacer otros pensamientos negativos o ideas como: “No debo intentar ligar con esa, nunca me dará entrada”… “Ostias, he aquí la voz que me dice cosas negativas”… “Joder, no soporto más ecucharla”… “Oigo esa voz porque tengo creencias negativas”… “Soy un pringado”… de esta forma estaríamos en el punto de partida puesto que el flujo de pensamientos sería constante, y si son negativos la situación sería aún peor.

Mira los pensamientos que surgen y se debilitan por sí solos, no fuerces el procedimiento, tendrás que empeñarte mucho menos de lo que piensas.

2. Conciencia externa: mira y experimenta el mundo a tu alrededor

Cuando estás inmerso en tus pensamientos no te das cuenta de lo que sucede a tu alrededor.

Por ejemplo, imagina que estás conduciendo tu coche por lugares que ya conoces, mientras lo haces estarás pensando y a veces pensarás tanto que ni siquiera te percatarás del trayecto puesto que conduces de manera automática.

Tengo una noticia que darte: allá afuera hay un mundo por descubrir y experimentar.

Sí, porque los pensamientos forman una especie de niebla que no te permite ver bien las cosas.

En realidad ya te ha pasado, ya has acallado tus pensamientos, aunque fuese tan solo por un momento y has mirado el mundo sin hacer nada más.

Ha sido en los momentos en los cuales has visto algo maravilloso, quizás una flor, una mujer guapísima, un paisaje u otra cosa que te haya extasiado y admirado, en esos momentos tu diálogo interno era nulo, y seguro te sentías muy bien, ¡¿o me equivoco?!

Por tanto, una forma para detener el diálogo interno es mirar el mundo sin juzgarlo.

3. Bloquear la pregunta

Si no te gustan estas cosas y prefieres los métodos más prácticos tengo uno que te vendrá como anillo al dedo: es muy simple y funciona inmediatamente, se denomina la “técnica de bloqueo de la pregunta”.

No te dejes engañar por su nombre, funciona con todos los tipos de diálogos internos y no solo con las preguntas que te planteas.

¿Cómo funciona en la práctica?

Pongamos un ejemplo para que comprendas inmediatamente.

Digamos que tu vocecita está diciendo esto:

“Aquella chica no me ha notado, me pasa siempre. Quizás me notaría si fuese más alto, ¡joder, lo que daría por tener 10 cm más! No es justo, estoy cansado de que las chicas no me noten, que cojones, hace mucho tiempo que no estoy con una mujer… al contrario, mi amigo… etc”.

Este diálogo interno es muy negativo y no traerá nada bueno. Por tanto, lo puedes detener con la técnica del bloqueo de la pregunta.

La técnica está compuesta de dos partes:

1. detener el diálogo aceptando la duda

2. realizar una acción cualquiera

Regresando a nuestro ejemplo, todo continuaría así:

“Aquella chica no me ha notado, me pasa siempre. Quizás me notaría si fuese más alto… BUENO… QUIZÁS, O QUIZÁS NO… ¿QUIÉN PUEDE SABERLO? ACEPTO NO SABERLO”.

Y haces inmediatamente algo: una acción física, no mental.

Abre la ventana, da cuatro saltos, tararea una canción, silba, da palmadas… cualquier cosa que sea práctica porque usar tu cuerpo te permite dejar de pensar de forma compulsiva y te reporta al presente.

Nota además que el bloqueo de la pregunta no es un “¡Ostias, no debo pensar más! ¡Cállate voz interior!” Esto solo serviría para reforzar la voz. Como ya te he dicho, no debes hacerle la guerra a tu diálogo interno sino aceptarlo sin escucharlo.

Cuando aceptas la duda haces “las paces” con tu diálogo interno y eliges no escucharlo.

Marco
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