Estar a la altura: si no te sientes digno de una mujer, nunca lo serás

Piensa en una mujer guapísima, no es bella porque te lo hayan dicho los medios de comunicación sino porque realmente te gusta a ti.

Imagínatela vívidamente y dale todas las características que siempre has soñado en una chica.

¿Ya lo has hecho? Bien.

Si no lo has hecho, te pido que lo hagas antes de continuar, es importante.

Ahora que has creado la mujer de tus sueños, pregúntate sinceramente:

– ¿Soy digno de ella?

– ¿Me siento a la altura?

– ¿Le puedo dar todo lo que necesita?

Si la respuesta es “NO”, incluso a una sola de estas preguntas, entonces este artículo te vendrá como anillo al dedo.

Porque uno de los primeros problemas que surgen cuando nos acercamos al mundo de la seducción es el hecho de que los hombres no se sienten dignos de las mujeres que intentan seducir.

Entendámonos: antes tampoco se sentían dignos, solo que no lo sabían.

Las técnicas de seducción son muy útiles pero su objetivo primario es generar un cambio interior, incluso en la percepción que un individuo tiene de sí mismo.

La percepción de nuestro valor es un aspecto fundamental, nos podemos sobrevalorar o subvalorar.

Pongamos un ejemplo…

Tomemos a una mujer imaginaria: guapísima, inteligente y simpática.

El valor que esta mujer tiene ante los ojos de la mayoría de los hombres es alto pero ella no se siente así. De hecho, tiene una percepción distorsionada de sí misma por defecto; es decir, se subvalora.

Se mira al espejo y se ve fea, se focaliza en las pocas personas con las cuales tiene problemas y se siente como una pringada en su vida social…

¿Qué pasará?

Le subcomunicará a todos la imagen que tiene de sí (autoimagen) y, en vez de expresar un valor elevado, comunicará un valor mediocre.

Esto se percibirá a través de muchísimos detalles: por sus expresiones faciales y por la forma en que habla, se mueve y reacciona ante las personas.

Al contrario, si esta chica se viese como en realidad es, o si se sobrevalorara, todo sería diferente porque comunicaría muchas más cosas positivas y los otros seguramente lo percibirían.

Parecería mucho más extrovertida, con una energía positiva y también más bella. Sí, más bella, porque comprender la belleza como algo estático es una concepción errónea.

Si una persona se siente bien, todas sus expresiones cambian y, sin lugar a duda, se convierte en alguien más bello.

Pero regresemos a nosotros.

Quizás apenas has comenzado a recorrer el camino que te llevará mejorar tus habilidades seductoras y te permitirá crecer como persona… ¿qué debes hacer?

Al inicio deberás sobrevalorarte, te parecerá extraño pero es así.

Debes aceptarte por lo que eres y te debes gustar. Y cuando escuches esa vocecita interna que te dice: “No soy digno de ella”, no le hagas caso.

¿Y sabes qué es lo más divertido? Que cuando comiences a sobrevalorarte tu valor aumentará instantáneamente.

Porque te gustarás y lo subcomunicarás a los demás. Exactamente como la chica del ejemplo, comunicarás la percepción que tienes de ti mismo y, si piensas que tienes un valor elevado, tu energía y tu forma de actuar delante de las personas cambiará radicalmente.

Al mismo tiempo, este “juego mental” no será suficiente: es importante que mejores tú mismo para después alinear tu autoimagen con la realidad.

En ese punto no necesitarás sobrevalorarte porque estarás seguro de que tu valor es alto.

Estarás convencido de que puedes darle a una mujer todo lo que ella necesita.

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