Relaciones a distancia: las variables a considerar

Hace algunos días una persona me recordó involuntariamente que os hablase de las relaciones a distancia, es decir, de las relaciones en las cuales dos personas viven muy lejos uno del otro.

Estaba viajando en un tren, los trenes me gustan mucho porque me permiten leer o trabajar durante el trayecto, y conocí a un chico mientras le preguntaba algunas cosas sobre la ciudad donde estábamos.

El chico tendría entre 20 ó 25 años y le pregunté, por curiosidad, qué le había llevado a aquel lugar.

“Mi chica vive aquí”. Me respondió.

“Ah, el amor” 🙂 le digo yo. “Entonces eso es un regalo para ella” le dije indicando un peluche que sobresalía de su bolso e inmediatamente pensé que la ciudad donde vivía la chica distaba unos 400 kilómetros de la que habíamos partido. Así, como todo lo que tiene que ver con la seducción y las relaciones de pareja despierta mi curiosidad, le dije: “¡Se trata de un largo viaje!”

“Sí, pero todo va muy bien, ¡y todavía hay quienes dicen que las relaciones a distancia no funcionan!”

Entonces esbocé una sonrisa y le pregunté “Vale, ¿pero cuánto tiempo lleváis juntos?”

“Casi tres meses”

“¿Y cuántas veces os habéis visto en esos tres meses?”

“Dos”

“Ah”

Vale, llamemos las cosas por su nombre: las relaciones a distancia pueden funcionar pero es necesario que ambas partes se esfuercen mucho, deben ser muy buenos y tener un poco de suerte.

Los problemas que deberán enfrentar son muchos.

En primer lugar, se debe mantener viva la relación y, como no se pueden casi ver, es algo verdaderamente difícil. Una mujer necesita un hombre a su lado, no a uno que vive a 400 kilómetros.

Ella querrá verlo, querrá percibir su presencia, querrá salir con él, en resumen, lo quiere a su lado.

En segundo lugar, dependerá mucho del punto en el que se encuentre la relación.

Quizás si está al inicio, el fuego de los primeros tiempos puede quemar la distancia e incluso puede encender aún más la pasión y el deseo de verse.

No obstante, si la relación ya está en una fase descendente, y muchas relaciones atraviesan estas etapas, la distancia aumentará el problema de forma exponencial y el teléfono e Internet a veces solo servirán para complicar aún más la crisis de pareja.

Al contrario, la relación a distancia es más fácil si ambos han invertido mucho en este sentido, como por ejemplo, si han planificado su futuro juntos, y cuando digo futuro quiero decir toda la vida.

Tomemos como ejemplo a una pareja que ha vivido mucho tiempo junta pero de repente él debe partir por cuestiones de trabajo y se distanciará por varios meses. Si la relación es sólida, si ambos se fían el uno del otro, existen grandes probabilidades de que la relación perdure, pero también porque existe la perspectiva de un reencuentro en cierta fecha porque no se está hablando de una relación a distancia que durará años.

Otro factor es la distancia, que siempre es relativa.

Por ejemplo, si dos personas viven a 100 kilómetros de distancia y uno de los dos tiene un coche, la distancia no será un gran problema. Al contrario, si ambos aún no son mayores de edad y no pueden moverse con facilidad, la distancia siempre será la misma pero la posibilidad de verse disminuirá.

Alguien dirá: “Si no tienen el coche pueden usar el tren”.

Cierto, pero también en este caso depende de dónde viven. Por ejemplo, si estos 100 kilómetros separan dos ciudades importantes y ambos viven en el centro, usar el tren no será un gran problema.

No obstante, si ambos viven en pueblos perdidos o en ciudades más pequeñas, tomar un simple tren no será suficiente, de seguro necesitarán cambiar de tren, tomar un autobús o un taxi y así aumenta tanto el tiempo como el dinero que deben emplear para verse.

Obviamente, el discurso de la distancia es aún más relativo con la aparición de los vuelos low cost. Una relación a distancia entre dos ciudades importantes a las cuales llegan los vuelos low cost es mucho más factible que entre pequeñas ciudades donde solo llegan los vuelos normales e incluso existe la posibilidad de tener que cambiar de vuelo haciendo que los costos se disparen. Por tanto, la posibilidad de verse con más o menos frecuencia también dependerá de la situación económica de las personas.

Dicho esto, ten presente que no he afirmado que las relaciones a distancia sean imposibles, solo estoy diciendo que son muy pero que muy complicadas y que la probabilidad de éxito dependerá de varios factores.

Conozco un ejemplo de una relación que duró muchísimo yendo contra todas las previsiones. Ambos se conocieron en la playa y después se fueron a sus respectivas ciudades, que quedaban a 500 kilómetros de distancia.

Debido a la distancia, se encontraban muy poco pero lo cierto es que han estado juntos durante 7 años y ahora, después de todo este tiempo, ella se ha mudado, se han casado y viven juntos, felices y contentos .

Resumiendo: si tienes la intención de emprender una relación a distancia, evalúa bien cuán sólida es la historia en sí, considera vuestra edad, las capacidades para enfrentar las dificultades que se presentarán debido a la lejanía, la facilidad con la cual os podéis mover y cada cuánto tiempo os podríais encontrar.
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