“Quiero una chica”: la “chica especial” y la perseverancia

“Quiero UNA chica” puede ser un pensamiento muy fuerte, a menudo vinculado con el de la “chica especial”.

Conoces a una mujer, la quieres, la deseas a morir, y haces de todo por alcanzarla.

Por naturaleza, estamos programados para estar fuertemente motivados en el campo sentimental, sexual y afectivo, y esta motivación nos puede empujar de manera muy fuerte.

Este empuje tan fuerte hacia una chica en particular no es, en sí mismo, ni positivo ni negativo.

Se trata simplemente de un empuje, de una pulsión muy fuerte, y como tal, se puede aprovechar de la mejor manera posible o nos podemos convertir en sus esclavos.

Veamos en términos prácticos a qué me refiero.

Quiero una chica” y el síndrome de la “chica especial

Este es el escenario: un hombre no tiene mucho éxito con las mujeres y conoce siempre a las mismas chicas.

En cierto punto este hombre se fija en una mujer en particular, intenta ligar pero ella lo rechaza diciéndole que lo ve como un amigo.

Pero él está fijado con la chica, ¡siente que ella es especial!

Habla con un amigo sobre el tema y dice continuamente “Quiero una chica, ¡la quiero a ella!”, el amigo le responde que “el mundo está lleno de mujeres”, pero él le rebate “No, no me comprendes, ¡ella es especial!”.

¡Por favor! ¡Es especial! ¿De verdad?

Entre las pocas mujeres que conoces has encontrado a la chica especial, ¡qué suerte!

Lástima que es lo que le sucede a la mayor parte de los hombres que se encuentran en situaciones similares.

Como le escasean las mujeres, se fijan, se obsesionan, con una en particular, y se convencen de que ella es la “chica especial”.

Así “quiero una chica” se convierte en una obsesión, una fijación, que yo llamo el “síndrome de la chica especial”.

Empujados por esta obsesión, intentan ligar con esta mujer durante años arruinándose la vida y el humor, están sujetos continuamente a altos y bajos en dependencia de las señales que ella envíe, que cuando son positivas no son señales de interés sino una simple búsqueda de atención.

Y así pasan los años, en la desesperación, en pos de una ilusión que en realidad es una esperanza vacía.

Es cierto que hay perseverancia, pero vinculada a un sueño irrealizable que le hace sufrir, relacionada con la sumisión constante a la “chica especial” de turno.

¿Cuál es la cura?

La cura es comenzar a conocer mujeres nuevas.

Quiero una chica” y perseverancia con energía masculina

La perseverancia unida a la energía masculina es algo diferente.

Quieres realmente a una mujer, intentas ligar poniendo en juego tu energía masculina, no la ves como alguien superior ni inferior a ti y te muestras orgulloso de lo que quieres.

En este caso no ves a la chica que te gusta como “la única chica especial” sino que asumes que te gusta mucho y que vale la pena intentarlo, incluso si necesitas esforzarte más que de costumbre.

Sí, porque esta chica especial puede que no te diga inmediatamente que sí, necesitarás un poco de tiempo, pero en este caso el “quiero una chica” y la perseverancia que deriva de ello no es una sumisión sino que es sinónimo de decisión, fuerza y energía masculina.

A menudo “hacerse la estrecha” es solo una prueba, quiere saber cuánto la deseas y, por eso si perseveras, (quizás) la puedes conquistar.

Algunos me preguntan cuál es el confín entre la perseverancia con energía masculina y la perseverancia con sumisión.

Es difícil precisarlo porque varía de un caso a otro pero este detalle pasa a un segundo plano respecto a otro factor: el cómo lo intentas.

Si intentas ligar con una actitud sumisa, esta perseverancia siempre estará ligada al síndrome de la chica especial.

Si intentas ligar con energía masculina, la perseverancia siempre estará vinculada a lo que quieres lograr como un hombre que se siente orgulloso de sus deseos, nada más.

 

Marco

(alias Reborn)

P.S. Si continuas pensando “quiero una chica” pero también tienes el síndrome de la chica especial, ha llegado el momento de conocer mujeres nuevas.

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