Imperturbabilidad falsa: dos ejemplos para no imitar

Es muy fácil, sobre todo al inicio, confundir la verdadera imperturbabilidad, la imperturbabilidad del verdadero hombre, que es sana y positiva, con una imperturbabilidad falsa.

Quisiera contaros dos episodios breves que viví.

Hace algún tiempo conocí a una persona, un hombre, y después de dos segundos de conversación ya sentía que había algo que no funcionaba… había lago en él que no me convencía.

Era una sensación muy fuerte: parecía falso, como si, de alguna u otra forma, se estuviese conteniendo, y esta forma de comportarse no me hacía sentir cómodo.

Como las dinámicas interpersonales siempre despiertan mi curiosidad, quería asegurarme de que no se trataba solamente de una sensación… quería estar seguro de que había algo en él que no cuadraba.

Por tanto, le pregunté a una mujer que lo había conocido si ella también había experimentado esa sensación de ligera incomodidad… y fue así.

Al final hablé con este hombre y comprendí cuál era el meollo del asunto. Me dijo que durante mucho tiempo había sido una persona muy impulsiva, demasiado, alguien que reaccionaba ante el menor estímulo.

Me comentó que había trabajado mucho para llegar a ser imperturbable.

Pero… yo os pregunto… ¿es esta la verdadera imperturbabilidad?

Déjemos durante un segundo la pregunta en suspenso y prosigamos con la segunda historia.

Hace años participaba en unas reuniones donde había una persona que se fastidiaba por nada, levantaba el tono de la voz y gritaba de forma muy agresiva, sobre todo cuando se encontraba con un colega y amigo mío.

Este amigo, durante todo el tiempo, parecía imperturbable, el otro le gritaba a la cara de una manera que distaba mucho de ser profesional y él no reaccionaba negativamente sino que continuaba hablando con calma.

También en este caso había algo que no funcionaba… la energía de mi amigo generaba en las personas que nos encontrábamos presentes una sensación de incomodidad.

Al hablar con él me dijo que desde pequeño su padre le había enseñado, y cito textualmente, “no mostrar nunca reacciones negativas porque te hacen parecer débil”.

Ambas historias tienen un elemento en común: la falsa imperturbabilidad, es decir, un tipo de imperturbabilidad que es simulada y al final hace mal, incluso físicamente.

Pero… ¿por qué estas dos actitudes son erróneas?

¿Qué diferencia la verdadera imperturbabilidad de la falsa?

Por ahora te dejo para que reflexiones sobre estos episodios y en el artículo siguiente explicaré la parte práctica.

Marco

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